Dada su ubicación geográfica y heterogéneo relieve, la cuenca del río Lempa tiene una gran variedad de ecosistemas repartidos en sus más de 2,800 metros de diferencia altitudinal y casi 18,000 kilómetros cuadrados de área repartidos entre Honduras, El Salvador y Guatemala. Estos ecosistemas representan gran parte del patrimonio natural centroamericano, albergando miles de especies que necesitan de nuestro compromiso común por la conservación de los ecosistemas terrestres y acuáticos para asegurar su supervivencia.
La cuenca del Río Lempa se encuentra en crisis debido a la sobreexplotación de los servicios que nos brinda y a la degradación de sus ríos, bosques y humedales.
Las principales fuentes de contaminación son:
Una gran cantidad de residuos provenientes de actividades domésticas, industriales y agrícolas son descargados en los ríos de la cuenca del Lempa; generalmente sin tratamiento que reduzca su impacto negativo sobre la calidad del agua, tanto para los ecosistemas como para los diversos usos que le damos a los recursos hídricos.
Las aguas negras son una de las principales causas de los problemas de salud pública relacionados al agua en Centroamérica. El 100% de los ríos de la región Trifinio muestreados durante 2010-2018 superan los límites máximos permisibles de coliformes fecales de acuerdo con las normativas de los 3 países en la región. Además, el 53% de los ríos en el sector Trifinio superan el límite máximo permisible de fosfatos debido a la descarga de aguas residuales y agroindustriales. La alta concentración de fosfatos incrementa el crecimiento de algas, lo cual altera los ecosistemas acuáticos e impacta negativamente en los recursos pesqueros.
El procesamiento del café, al igual que su producción, ocurren en la parte alta de la cuenca del Río Lempa. Las aguas mieles son el residuo líquido que se produce al procesar el café; la gran mayoría de este efluente agroindustrial es vertido directamente a los ríos, sin haber tenido el proceso de tratamiento de aguas adecuado. En Honduras, por ejemplo, el 98% de los beneficios de café no tratan sus aguas residuales y las vierten directamente en los ríos.
El deterioro de los ríos producto de las aguas mieles afecta a pequeños productores y habitantes de los sitios donde se procesa el café. Los pequeños productores sufren pérdidas de terreno productivo y obstrucción de mangueras de riego debido al mucílago. Además, las aguas mieles son un problema de salud pública y de seguridad alimentaria, ya que contaminan el agua para consumo humano, incrementan la proliferación de mosquitos y moscas, producen mal olor y acentúan los efectos adversos del cambio climático sobre la disponibilidad de agua para irrigación de cultivos. En los ecosistemas, las aguas mieles producen muertes masivas de peces, eventos que, aunque geográficamente limitados a los sitios donde se procesa el café, inciden negativamente en la salud de las poblaciones de fauna en el río entero.
A nivel mundial, el 40% de las 438 toneladas de plástico que se producen cada año son desechadas en menos de un mes uso; además, actualmente solo el 14% de los empaques de plástico se recicla, el 40% se desecha en rellenos sanitarios, otro 14% se quema en incineradoras y el 32% restante llega a los ecosistemas, cadenas alimenticias y al aire que respiramos.
La crisis del plástico es particularmente relevante para la cuenca del Río Lempa, donde el manejo inadecuado de basura, como en vertederos de basura a cielo abierto, infiltra plásticos y otros desechos sólidos en los ríos y humedales ubicados en la cuenca del Río Lempa. Los plásticos tienen graves consecuencias sobre la fauna acuática y produce la acumulación de microplásticos en la cadena alimenticia, los cuales no solo se hallan presentes en todo el medio ambiente sino también en nuestros propios cuerpos.
El reciclaje presenta considerables desafíos económicos y técnicos. Los diferentes tipos de plástico requieren un procesamiento separado, e incluso la tecnología más avanzada puede recuperar solo pequeñas cantidades de material que resulte ser tan bueno como cuando nuevo. Necesitamos una reducción urgente y drástica de la producción y consumo del plástico, y regulaciones a nivel local, nacional y global que atajen desde sus orígenes la contaminación producida por este material.
Existen altos niveles de deforestación en la cuenca del Río Lempa de los 3 países que la comparten, provocando la pérdida de diversidad biológica y la disminución en la recarga hídrica de acuíferos. Además, la deforestación deja el territorio vulnerable a los deslizamientos de tierra y las áreas forestales degradadas son más susceptibles a los incendios.
El bosque húmedo de montaña es considerado uno de los ecosistemas más amenazados por el cambio climático y la conversión del suelo en las regiones tropicales, dada su limitada área de cobertura actual y su susceptibilidad al aumento de temperaturas. A este problema aúna la susceptibilidad al cambio climático de cultivos agroforestales de café, los cuales disminuyen su rendimiento debido al aumento de temperaturas y se ven forzados a ocupar cada vez más área de los bosques húmedos de montaña.
Necesitamos implementar estrategias que permitan la conservación de las áreas forestales existentes y el uso sostenible del suelo, con prácticas agrícolas que optimicen la diversidad biológica y sean resilientes al cambio climático.